Nuevo cd de Queens Of The Stone Age. Altas expectativas luego del éxito que significó “Songs for the deaf” [2002]. Y no del todo cumplidas. Para algunos. Yo empece a escuchar este disco sin mayores esperanzas (había tenido un adelanto con el tema “In my head...” que rehicieron para el soundtrack del NFS II Underground) ya que me parecía obvio un vuelco hacia lo “pop”, entendido como música no ya para los amantes del genero del que proviene la banda (el llamado “Stoner-Rock”), sino para un público más bien “masivo”, habida cuenta del éxito del disco mencionado. Nada de eso ocurre con estas “Lullabies to paralyze” [2005] (aunque en el slsk ya se encontraba el disco hacia fines del 2004). Pero vamos por partes.

Este disco nace después de la abrupta ruptura de la banda de Nick Oliveri, por diferencias con el “líder” Joshua Homme, de quien se ha dicho en más de una oportunidad quería conseguir con Qotsa (y en mi opinión lo consiguió) el éxito comercial que Kyuss no le dio y que se merecía. Esto significa que ya no hay intervenciones vocales de otros músicos, salvo por Mark Lanegan, pero de todos modos sólo lo hace en un par de temas, el primero de los cuales no llega a los dos minutos de duración. La ausencia de Oliveri, permite no solo a Homme cantar todo el disco (hecho este, que a mí no me desagrada en lo absoluto, ya que encuentro su voz superior a los aturdidores alaridos de Oliveri), sino que provoca la ausencia en todo el disco de los temas mas bien punk de orígenes Oliveranos. Hay otro detalle a destacar en los últimos años de la banda y es el éxito que acompañó al proyecto paralelo de Homme: las Desert Sessions Vol. 9 y 10. Sin dejar de lado la razón de ser de estos volúmenes (el vuelo onírico musical de un grupo de amigos, reunidos en un estudio de grabación en medio del desierto, peyote y otras yerbas en mano...), no puedo dejar de señalar el lado comercial que esta última entrega tuvo, ya que fue la primera en editar un single, “Crawl Home”, cantado por PJ Harvey, cuya inclusión, como la de Dave Grohl. en “Songs for the deaf” nos da muestras cabales del vuelco comercial de estas dos propuestas musicales. “Lullabies...” no es, sin embargo todo lo comercial que podría esperarse, o que al menos yo esperaba.

Josh conduciendo a la orquesta!
El disco se puede dividir en dos partes bien diferenciadas, marcado el límite por el tema elegido como corte de difusión “Little sister”. La primera de estas partes, contienen temas que mantienen la fuerza propia de la banda, las fuzzy guitars, y climas melódicos-rockeros, acompañados por el profuso manejo de distorsiones vocales; temas que rápidamente podrían transformarse en cortes de difusión, como “Everybody Knows That You Are Insane” o “Medication”. Entre estos temas se encuentra el mencionado “Little sister” y la reversión del tema de las desert sessions “In my head... or something”. Ahora bien, en el orden de los tracks, y para que la división del disco fuese perfecta, deberían haber cambiado de lugar “Burn the witch” y “I never came”. Por qué? “Burn the witch” es un tema que entra perfectamente en la segunda parte del disco, y “I never came” podría haber sido el letárgico y armonioso final del lado A, si es que hablásemos de un vinilo. Pero, qué pasa con el lado B de este disco?. Por años o volúmenes, Joshua Homme utilizó las Desert Sessions, como campo de pruebas para temas a desarrollar en Qotsa. Ejemplos de ello son “Avon”, “Monsters in the parasol”, “You think i ain’t worth...” e incluso el mismo “In my head..” del que ya se decía en los reviews de las Desert Sessions 9/10, que sería un tema propio para un disco de Qotsa. Esta vez parece que los papeles se revirtieron. La segunda parte del disco, toma el lado oscuro y experimental de un Joshua Homme finalmente a cargo por completo de una banda escuchada, y de peso en una escena masiva. Y que hace en esta posición? Toma por vez primera un disco de su banda principal, como campo de pruebas para las próximas (y supuestamente últimas) Desert Sessions, las 11/12. Temas como “Someone's in the Wolf” o “Long Slow Goodbye”, la fiesta grupal, llena de invitados de lujo que es “You Got a Killer Scene There, Man...’” no hace otra cosa que llevarnos de nuevo al estado que producen las Desert Sessions. Incluso la versión nacional del disco, termina con un tema sacado de las mismas, una reversión de “Like a drug”.

Protagonista total en este disco, Joshua Homme se toma un descanso en la grabación.
No se puede decir que sea un disco compacto (quizás lo haya sido sólo su primer y homónimo disco de 1998), pero esta lejos de ser un álbum que quiera subirse al tren comercial del éxito, y lejos también de ser un disco con muchos temas de relleno, como le achacan muchos reviews que pude leer. Quizás, en conclusión, no sea lo mejor que nos hayan dado los Qotsa, pero sin duda es un paso adelante dentro del espectro musical imperante y es un disco que debe uno tener en cuenta. A presente, y a futuro.